Yo considero que uno tiene que ser muy respetuoso del espacio personal de cada persona. Me choca cuando la gente se me pega mucho en una cola (No vamos a ir más rápido) o no sepa la ley de la impenetrabilidad de los cuerpos. Me imagino que como no me gusta eso, es que más me pasa. He estado en autobuses donde la gente en vez de agarrase del tubo, se agarran de mi brazo o mano, no solo hombres, para que no estén pensando mal, sino mujeres y niños también. En el automercado ha habido personas que han empezado a poner sus peroles en la correa movediza pasándolo por el espacio entre mi brazo y mi cuerpo, o tirándolas por encima de mi cabeza. El colmo fue cuando esperando por unos productos en la barra (No sé sí se dice así. ¿Uds. Saben esas farmacias de antes donde uno no podía entrar sino que había un estante pequeño y uno desde ahí pedía todo? Bueno, ese) de una farmacia, completamente solitaria, oí una voz a todo gañote, pegada de mi oído, preguntando por Vitamina C; Esta señora a pesar de que dicha farmacia contaba con una barra de 5 metros de largo, decidió pedir sus pastillitas por ENCIMA DE MI HOMBRO!!. Es inexplicable para mí, supongo que es un juego macabro de algún diablillo que sabe que me saca la piedra esto y por eso se me aparece y se me pega, cambiando su apariencia, solo por joderme.
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Pero, en mi humilde opinión el único sitio donde no puede existir esta regla es entre padres e hijos. Los hijos tienen que saber que sus papas están allí, siempre para cuando los necesiten o solo para un abrazo. Si no han visto Spanglish, hay una escena donde la madre, después que su hija le dice “Que necesita espacio” le contesta “Entre tu y yo no hay espacio nunca”, lo cual me gusto mucho. No hablo de no dejarle tiempo para ella misma, sino que debemos tener confianza, de darnos cuenta que no somos desconocidos, que estamos siempre cerca. No hablo de estar todo el día pegados por la cintura, pero de que en el momento de encontrarse con un problema o necesiten cariño, nuestros hijos se sientan en confianza para hablarnos. Mi hija aprendió esto sola y se ha ido afianzando con los años. Desde que tenia 2 años de edad, si tenia algo que decirme, me jalaba los párpados mientras yo dormía. Todavía abre la puerta del baño para hablarme (no importa lo que yo este haciendo o en que impúdica transacción me encuentre) y solo con la amenaza de tirarle algo contundente es que se va, no si antes haberme dicho todo lo que pasaba por su mente. No importa si estoy viendo el ultimo capitulo de "lost", ella grita y grita desde su cuarto y despues de 15 minutos de dialogo "¿Que quieres?" "Ven!" No, estoy viendo TV" "Mama!!!!" "Ven tu!!" "MamaAaAa!!" cuando al fin voy, lo que quiere es un abrazo... Justamente ahora estoy escribiendo esto, tengo el messenger puesto en “ Busy” y ella aparece, titilando en la esquina derecha de mi pantalla, diciendo “Mamá!!”. Y esta bien. Asi debe ser.