Cocinar y yo

Ayer quedo en evidencia mi profunda brutalidad en lo que concierne a la cocina. No es que no sepa cocinar nada, se hacer cuatro cosas: Sushi, Pie de manzana, “chicken & dumplins” (que aprendí a hacer en Mississippi) y arroz con leche (que me queda espectacular, pero a mi no me gusta). Eso es todo, los aprendí a hacer en algún momento de mi vida y solo los se hacer de una manera, no hay cabida para la originalidad, y ante la necesidad de alimentar a una familia, por ejemplo, hacer un almuerzo, me congelo y no se que hacer. Anoche, estábamos Mary y yo muertas de hambre… había frooty loopis pero no leche; había pan pero no queso; había salchichas pero no salsa de tomate… o sea, todas las solucione fáciles estaban negadas. Habíamos quedado resignadas a comer arepas con atún y empezamos a recordar unas cajitas de Mac & chesse que compramos siempre en Farmatodo y que a nosotras nos gusta mucho. Papel se ofende cada vez que las nombramos, siendo el gran Chef. Pero, ayer nos vio en tal conversa nostálgica, que nos saco de la cocina y nos explico que el haría lo que queríamos y quedaría mejor que el de la caja… yo he aprendido lo suficiente para no contestarle a un hombre que se quiere hacer cargo de la cocina. Pues en 20 minutos estaban listos: perfectos, humeantes y muchísimos mejores que la caja. Papel recibió muchos besos de agradecimiento de parte nuestra. Se convirtió en el héroe de la noche. Por que? Porque preparo spaghetti con leche y chesse wiz